Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Yo creo que un Sr. Diputado tiene el derecho de reproducir cualquier proyecto de ley que haya quedado pendiente en legislaturas anteriores; y cuando no hay oposición, claro está que el Presidente contesta, como lo hizo el otro día, y queda reproducido. Pero desde el momento en que enfrente de un Diputado que pide que se reproduzca un proyecto hay otro Diputado que se opone, como en realidad el proyecto no es ni de uno ni de otro, sino que es ya del Congreso, ¿quién ha de resolver la duda, más que el Congreso mismo, que es el dueño del proyecto? (Bien, bien).

Esto es aplicable a cualquier proyecto de ley, ya sea debido a la iniciativa de un Sr. Diputado o a la del Gobierno; pero además queda siempre a éste el derecho de retirar el proyecto cuando es debido a su iniciativa, aunque haya sido reproducido por un Sr. Diputado sin oposición de los demás; porque este derecho no se le ha negado jamás a ningún Gobierno, sea cualquiera el estado en que se halle la discusión. Puede, pues, retirarlo, ya para modificarlo, o ya para no volverlo a presentar, o para hacer lo que crea más conveniente para los intereses del país.

Esto en cuanto a la pregunta; y en cuanto al mismo Reglamento y a la significación que se le ha dado en el caso actual, repito que lo que ha pasado aquí no ha podido referirse a tiempo con completa exactitud, porque al entrar en el salón me encontré con un debate ajeno al punto que habíamos tratado en los salones de la Presidencia con los individuos de la Comisión y con el señor general Cassola, que había entrado a hablar con el Sr. Presidente y a quien yo mismo invité a que se quedara, como autor ilustre de los proyectos de reformas militares. Allí se acordó que si la Comisión entendía, como el Gobierno, que manteniendo los principios generales de los proyectos de ley presentados en la anterior legislatura, se podían modificar de manera que fueran pronto ley aquellos puntos de más urgente resolución y que más directamente afectan al ejército, entonces, no sólo no había inconveniente alguno, sino que sería mucho mejor que la misma Comisión entendiera en ese dictamen, porque ya tenía estudiado el asunto y se evitaba el nombramiento de una Comisión nueva; que en ese concepto, el Gobierno no tenía dificultad en reproducir los proyectos de ley; pero que había nacido una especie de obstáculo para el Gobierno en reproducir un proyecto de ley que ya había reproducido un Sr. Diputado, el cual, para evitar ese inconveniente y para facilitar la resolución, procediendo con gran patriotismo y con gran benevolencia, que yo le agradezco, hacia el Gobierno, nos dijo que no tenía inconveniente en declarar que dejaba a la libre iniciativa del Gobierno la reproducción de los proyectos de ley. Esto hubiera declarado el Sr. García Alix, si la discusión que acaba de tener lugar no se lo hubiera impedido, y con esa declaración, el Gobierno habría [43] reproducido los proyectos de reformas militares, como está dispuesto a reproducir todos los que quedaron pendientes en la anterior legislatura.

Para terminar este debate, y sin esperar a la declaración del Sr. Alix, que de seguro hará S.S., porque cuento con su amistad y su caballerosidad, el Gobierno, desde este momento, reproduce todos los proyectos de ley que quedaron pendientes en la anterior legislatura, incluso el de reformas militares. [44]